... Dejaría todo tirado, incluso perdonaría tus faltas de tildes, me haría el loco viéndote escribir "vacío" con ese, con tal de ver tu cara cada mañana junto a la mía, justo al despertar...

UTOPÍA DE LO SIMPLE!

G.M.V.

martes, 26 de abril de 2011

Noche no tan chévere...

El miedo es una sensación humana, y por ende hay que aprender a afrontarla.

En esta fría noche de martes me veo cara a cara con el miedo como líder, con una intensidad desbordada y poco usual, no sé por qué, pero ando como niño de dos años llorando cuándo se le quita una chupeta o le acaban de dejar solo en medio de la nada sin alguien especial…

No quiero parecer egoísta y mucho menos un enfermo, pero me pregunto una y mil veces ¿qué me pasa?, ¿por qué, si mi inteligencia es audaz y abundante no puedo cranear ideas del cómo y el por qué solucionarlo, dejarlo ir sin miedo y sin rabias?.

Ya perdí algo que en su momento creí valioso, ahora no quiero sentir envidia de saber que a los demás les queda todo más fácil… No quiero sentirme menos, no quiero introspectarme en mis errores y talones de Aquiles, no quiero verme ni sentirme débil, quiero revestirme de orgullo y no descubrir esta sensación que enfría cada célula y me hace parecer frágil y acabado, sin ganas de empezar ni de continuar, no quiero ni debo sentir envidia, yo creo que los amigos son como resultados académicos que a veces se ganan y se pierden mereciéndolo o no, pero mis amigos creo haberlos ganado a pulso y no quiero estigmatizarlos ni marcarlos como cabezas de ganado, pero no quiero perderlos ni menos que mi pasado afecte en la construcción de un mundo donde la confianza y el amor por los ellos sea el protagonista… Quiero que ya acabe esta noche, que el calor que la seguridad pueda darme llegue de nuevo a mí, y no quiero pensar que un tal “xxxxxx” llegó a mi vida, entró con la fuerza de un huracán y partió con la rapidez de un ave rapaz, llevándose de mi corazón y mi alma la seguridad, esa que un día brilló y fue motivo de admiración…

Quiero ser yo, el que todo lo puede, el que todo consigue, el frágil, el humano, pero ese para el que sus amigos son su mayor tesoro, y por los cuales hace lo que sea, y también quiero ser aquel a que sus amigos respetan, quieren y cuidan como un tesoro, ese tesoro que no se equipara con nada distinto que la lealtad la confianza y el amor…

RELOJ, CORRE, CORRE RÁPIDO, HAZME DORMIR Y OLVIDAR ESTE MAL MOMENTO…

G.M.V

jueves, 21 de abril de 2011

Dejé de escribir, pero nunca de sentir...


Dejé de escribir algunos días, pero ni siquiera un segundo dejé de pensar, de reflexionar y de crear.

Hoy vuelvo a las letras, a esas que me arrebatan la vergüenza con la más fría y desfachatada sensatez, con esa mirada profunda que desnuda el más mordaz y hasta recóndito sentir. Con ellas, las que pueden llevarme a la soledad más aguda o la compañía más real y sublime, mi propio yo.

Quise tomarme un receso en este oficio de plasmar con caracteres sentimientos, de dibujar con narración emociones y de tratar de proyectar nitidez en medio del ruido.

Este alto en el camino fue necesario, fue prudente y muy benévolo, fue el llamado al orden y a esas vacaciones mentales que uno debe darse. Terminé ciclos dolían, heridas que por mucho tiempo quise ocultar pero que aun sangraban cuándo con pequeños recuerdos provocaban dolor por una curación en falso, decidí entonces parar, detenerme, incluso retroceder.

En el camino encontré amigos, se alejaron personas buenas, hallé unas pocas que son únicas y magníficas, volví a caerme, lloré, me estremecía en el silencio de una fachada construida con lamentaciones, entendí muchas otras cosas, en este tiempo, dejé de pensar en composición, en palabras que rimaran, en gestos que agradaran y entonces comencé a pensar en mí, en qué debía hacer, fue cuándo me dediqué a cuidar mi cuerpo, no solo por fuera sino por dentro, a compartir con quiénes había olvidado y hoy un tiempo después vuelvo al ruedo, con la misma picardía, con más experiencia, con heridas ya verdaderamente sanadas y con la seguridad de querer llenar mi corazón de paz, estando sin ataduras, y vuelvo a las letras, a ellas, a confesarle que el amor está siendo un bálsamo para mí, qué lentamente me lava, me purificaba, me moldea, me enseña.

Es lindo saber que las palabras como los besos dosificados siempre sabrán mejor y por eso no me hastío, solo me retiro diciéndome bienvenido a mí mismo, bienvenido a mis letras, a mí espacio, a mí soledad compartida y diciéndole bienvenido al amor… Espero que te quedes y que juntos matemos el ocio, apaguemos esa frialdad con fuego y te quedes acá, acá conmigo…

Y tú, blog, desde mañana nos veremos en medio de citas, poemas y algo de suspiros para confesarte algo nuevo que pasará o sin duda sentiré… ¡Qué bien se siente escribir, y qué bien se siente estar de nuevo aquí!.