Luego de unos días de vacaciones perfectas y de haber encontrado el también perfecto “amor” de verano que luchaba por convertirse en algo menos sencillo que un amor pasajero... Regresó a casa y a los dos días me escribió:
"Grosero, ¿Ya te olvidaste de mí?"
Yo, con mi tono calmado, sensato y haciendo mi mejor esfuerzo que, al parecer no me quedaba forzado, le respondí:
"Vamos a ver: Ubicación espacial y temporal... estar en el gimnasio sudando y alzando pesas y acordarme de ti, no es olvidarme de ti. Estar hablando con la gente y acordarme de ti, no es olvidarme de ti. Estar recordándote con gente durante una comida o cena, no es olvidarme de ti. Estar escribiendo y recordar que hace pocos días estabas en la grada, no es olvidarme de ti. Lo que sí puede pasar es que -permíteme la construcción de la frase- estando haciendo todas estas cosas y sin un dispositivo blackberry es difícil hacerte ver que no te olvido, aunque no tengo esto como fin último, más bien prefiero acordarme de ti y de todo lo que aconteció contigo en un lugar: Mi cama...
¿Todo bien, por allí?"
G.M.V
No hay comentarios:
Publicar un comentario