... Dejaría todo tirado, incluso perdonaría tus faltas de tildes, me haría el loco viéndote escribir "vacío" con ese, con tal de ver tu cara cada mañana junto a la mía, justo al despertar...

UTOPÍA DE LO SIMPLE!

G.M.V.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Mis 13 años...

No sé si le pase a usted, pero yo sigo viendo a un niño cuando me miro al espejo. Y aunque ya pasé de los veinte, veo mayores a compañeros de la escuela que nacieron un lustro antes que yo.

A mi edad mi padre tenía una hija, - mi hermana mayor- y ya era casado con mi santa madre, yo en cambio aun sigo solo, soltero y cuando tengo sexo pregunto a mi fórmula sexual que si le gusta con condón, si dice que no, el sexo no se hace y punto… 



Soy un niño que se emboba con el paisaje, por eso cuando monto en avión pido ventana en vez de pasillo, donde seguro podría estirar mis piernas. Y no me estresan el despegue ni el aterrizaje. Al revés, los disfruto montones, ignorante de que son las maniobras con más riesgo de accidente. Es un dato que un adulto conocería a la perfección pero que un niño no tiene por qué saber.



Soy un niño. Vivo en arriendo y no declaro renta. No tengo hijos, carro ni licencia para manejar. No tengo tarjeta de crédito ni cuenta corriente porque los niños no manejamos cheque, todo lo pagamos con billetes arrugados y de baja denominación. Soy niño, le hago daño a mucha gente pero siempre sin querer.


No me peino desde el 2006 porque a los niños los peinan sus madres (y porque no tengo que peinarme también)… Tampoco cocino- aunque lo sé hacer bastante bien - porque es muy fácil que un niño se queme con una olla mal puesta. Yo hago sánduches de atún en pan de molde, como a deshoras y tomo gaseosa en ayunas.

No me baño los domingos y ando en medias por la casa. El brócoli me huele a pecueca y la emulsión de scott a mierda. No voto, no tomo café, no fumo desde hace un mes, no meto drogas ni mando flores. Sigo soltero porque los niños no sabemos qué es el amor. Soy un niño, ignoro que mis padres tienen sexo y que los líderes de nuestro país son también nuestros peores delincuentes.

De niño me prometieron que mi “sensibilidad” era una cosa de la infancia. Desde entonces espero con ansias la llegada de mi pubertad.



Hace poco le pedí a una amiga su dirección de Hotmail para sumarla al chat. Me la dio y casi enseguida me dijo “Tenía trece años”, en tono de excusa por haber escogido tal nombre. Ella se disculpa por haber tenido trece años alguna vez, yo lamento no tenerlos más.

G.M.V

1 comentario:

Martina González dijo...

me gusto mucho este articulo me hisiste reir y acordarme de muchas cosas de mi infancia.
me gusta que tus escritos sean cercanos a mi realidad

Publicar un comentario