Las cosas como son...

Cada que llega diciembre la gente empieza a cambiar las fachadas de sus casas, a comprar casi compulsivamente muñecos de nieve, que hablan y se mueven solos, instalaciones de luces multicolores, espumas de todas las texturas, cintas, regalos, y un sinfín de cosas para hacer ver nuestras casa más bellas…

Siempre es igual, la gente trata de opacar su bajeza en diciembre, de tapar con dinero, idas más seguidas a misa, villancicos y adornos verdes con rojo, toda esa miseria que se esconde los 11 meses restantes, con limosnas más engrosadas, y con sonrisas más falsamente pronunciadas quieren hacerle creer al mundo que desean un año venidero próspero y al son de música parrandera y de traídos de niño dios, natilla y buñuelos, aguardiente y hasta “marranadas” colectivas hacen verlo todo color de rosa… Pero la gente no es eso, la gente guarda sus deseos maquiavélicos los otros tantos días del año…

El consumismo es el derrotero mas frecuente en este mes, acá todo se vale…. Pero jamás entendimos qué celebramos, por qué reímos y por qué nos dan una prima en diciembre, la liquidación y algunos pesos de más… Sumándole las anchetas que llegan a las casas con vino “espumoso” y las galletas de $2500 el kilo…

Hoy cuando el año está a punto de terminar debo decir que sigo siendo el mismo que empezó en enero, con los mismo defectos, incluso más que antes, solo que más fuerte y con algo más de callo en mis manos y en el corazón para batallar más y mejor… Sigo siendo el mismo que le encanta escribir, soñar, pensar, leer, ver las estrellas, conversar, el mismo que encuentra una pócima mágica cada sorbo de vino, el mismo que idealiza poder encontrar cosas interesantes en los demás, al mismo al que le molesta los feos, y al que el rojo le dan ganas de vomitar, sigo siendo el man que gasta todo su dinero en comprar ropa de marca y en salir a los mejores lugares, el mismo que sigue teniendo los mismos amigos (incluso menos) y que continúa soltero, que ha pasado por relaciones que me dejaron curado y que me enseñaron en demasía, el mismo que no se baña los domingos y que se tira en parapente cada que puede, que viaja constantemente, que actúa solo y que sueña siendo el mejor, que anhela pertenecer al staff de SONY y que no ha podido volver a Londres ni hablar inglés perfectamente, el que todavía espera hasta enero del año venidero para cambiar su closet y ante todo el mismo man enamorado de sus amigos, de la gente que quiere, el mismo que día a día construye un mundo mágico donde quepa mi madre, donde pago millones por verla ahogarse a carcajadas y donde voy hasta la luna con tal de evitarle una lágrima a mi progenitora, el enamorado, el hasta cursi, el que sueña con los que los otros no, el que no ve televisión pero se sabe todos los programas, el que empieza mil dietas, el que siempre anhela mientras mira el techo de su habitación a eso de las dos de la mañana, el indeciso, el intenso, el cansón, el “sabelotodo”,el nerd, el calvo, el gordo, el chimbota, deseable, el odiado, el temido, el repudiado… Todo en un mismo cuerpo… Que grande soy!!!

Y llegó 24 y llegará 31 de diciembre, para que en minutos, ya se 1 de enero, y otra vez el ciclo comience… La vida es una ruleta que le faltan algunas fichas y que solo tiene la dirección que nosotros le demos, por eso odio cuando se prometen cosas y no se cumplen, cuando “por obra y gracia del espíritu santo”, en los 31 días antes de acabarse el año, nos hacemos más ricos, más buenos, mejores vestidos, mejores vecinos, nos damos la mano, olemos de una manera diferente, sonreímos con mayor propulsión, para que cuando llegamos a la casa… seamos la misma porquería que el 1 de enero amanecerá… seamos lo que somos, no aparentemos ni saquemos nuestra peste recubierta con manto de seda… Si en diciembre eres bueno, por qué no serlo todo el tiempo?...

Y si en el año sos una escoria… ¿qué de bueno hay en que dejes de serlo 31 días?… sigue siéndolo todo el tiempo entonces ¡!! Prefiero a quién por delante me clava el puñal que quién con "palmaditas" y palabritas me lleva a la tumba..!

G.M.V