..Escrito en un tiempo en que la monotonía era la constante… Afortunadamente esto se remite a meses atrás, meses que ya murieron y espero no vuelvan a regresar…”
La cocina y las cortinas (ambas nuevas), el número de postes de la casa a la U, criticar en los trancones, una nueva creación gastronómica para cada visita, los eventos familiares donde debes socializar con un primo que no te agrada, el Playstation portátil, los libros del escritor que tanto admiras y que nunca serás, una tina con agua caliente, el modelaje, flashes, dormir todo el domingo, los noticieros de la noche, el celular que reemplaza al que te robaron, el paseo de tres días del que se vuelve más cansado de lo que se fue y el viaje de tu vida del que no quisieras regresar, las rayas del andén que no debes pisar, el helado de pistacho, el porno suave (y el duro de vez en cuando), caminata en vez de taxi, escaleras en vez de ascensor, la ropa que se compra a sabiendas que no se necesita, todo el ritual de un lomo al trapo, la fila en la discoteca de moda, el tedio de encontrarse en Lleras a gente imbécil como él, once años de colegio y hasta ahora dos de ingeniería, seis de teatro y siete de Comunicación Audiovisual, cuatro noviazgos, con igual número de rupturas, los almuerzos de lobi social, la elíptica que nunca utilizas, el vecino que ignora que cada viernes a eso de las 7 pm se desviste para ti, el arrume de juegos de mesa que nunca se usaron, obras de beneficencia en diciembre, la inmobiliaria que no tapa las goteras, las horas muertas (casi todas). Lexotán, Prozac o tus besos imposibles, amor. Lo que sea con tal de resistir esta vida insoportable….
G.M.V
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